viernes, 12 de noviembre de 2010

Ya tenemos jefe de mantenimiento

Se emplea a fondo, tanto que diriase que le pagan por hacerlo. Aunque quién sabe, quizá si le abonaran un sueldo no se aplicaría con tanto mimo y esmero. Dedicándole más de tres horas diarias. A veces incluso más: quitando y poniendo cantos, regletas, bidedos y pinzas, acicalándolo como si fuera una novia, rediseñando el que será el futuro panel, al que le sacará chispas en su regreso. Desempolvando incluso el centenar de presas que se escondían en aquellos trozos de madera y que le enviaban mensajes para ser desentrañadas como si fueran auténticos tesoros. Así el panel, otrora geométricamente ordenado, es ahora un mar de colores y formas.
Nadie es ajeno a su tarea, escalera para aquí, escalera para allá. Muchos quizá no entiendan su afán perfeccionista, en busca de la optimización de los recursos. Pero él sumido en sus pensamientos y con esa gran visión global que posee, persiste en dejarlo todo de punta en blanco.
Y así, mientras él regala su tiempo libre a la comunidad, otros entrenamos a rabiar, acabando cada sesión con dolores por todo el cuerpo, adorando los viernes por que son jornadas de descanso, teniendo sólo tiempo para soñar con nuevos pasos que él hace posible se conviertan en realidad.
Por todo ello gracias. !!Qué haríamos si él no estuviera dejándose la piel para el disfrute general!!!. Skrrk amore.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Semana de Montaña


Esta segunda semana de noviembre y con un tiempo de perros, qué mejor que pasar por Elorrio a disfrutar de la Semana de Montaña que nos ofrece el Erdella Mendizale Taldea. Oportunidad única de disfrutar con el viaje que durante cinco años llevó a cabo Aitor Casado entre Irati y Ordesa, o conocer de cerca la cordillera Jatun Chacua de la mano de Koldo Zubimendi e Iker Iriondo. Mikel Zabalza presentará Karakorum y los elorrianos viajarán con su vecino Urdin Ugarte por todo el mundo en su 1000 milla. El ciclo concluirá con Eider Elizegi Telletxea en la que será su primera conferencia después de recibir el premio de literatura desnivel. Creo que son muy interesantes, así que os animo a venir.

Por cierto, habá mercadillo de segunda mano y por lo que he podido saber hay material muy bueno y a muy buen precio. ¿Qué más se puede pedir en estos tiempos que corren?.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Tiempo de recolección

El otoño se ha desatado. Allá donde mires ha teñido de colores los bosques y ha dejado que su mano se sienta y se respire en el aire. Una estación especialmente diseñada para los amantes de las setas y los hongos, que tienen la oportunidad de dar rienda suelta a su afición. Ahora que se alternan los días soleados con las jornadas lluviosas es el momento de sacar la cesta de castaño a pasear, reminiscencia de tiempos pretéritos y el gps, para señalar y localizar en un futuro ese delicioso hongo que llevar luego a la sarten. Aunque siempre hay lugares en los que te sorprende algún que otro ejemplar.
Mientras nosotros seguimos empeñados en recolectar numeritos y letritas.
En nuestro caso el tiempo nos está jugando malas pasadas o pasadas por agua. Dos puentes y los dos bajo la influencia de una maledicente borrasca. Y dicen que no hay dos sin tres... así que a ver qué pasa con el de diciembre.
En estas vísperas de las ánimas, tan animosos como de costumbre, nos decantamos por Etxauri. Esperábamos que su microclima nos permitiera escalar al sol. Sin embargo, nos reciben 11 grados y viento, mucho viento, tanto que hace que la sensación térmica sea bastante más baja. Pese a todo y haciendo un alarde de valor nos acercamos a Arrano Beltza. Calentamos mientras el cielo se va cubriendo de nubes amenazadoras.
No importa. Quiero escalar, quiero saber si el entreno que me dicta el maestro va surtiendo efecto. No me siento ingrávida pero si siento más fuerza. Cato Tras de pintxo y voltereta. Me resulta realmente fácil. Pero la lluvia se hace notar y se ha empeñado en frustrar un buen pegue. Así que se impone una de pies en polvorosa.
Tras arreglar el mundo en el bar. Decidimos regresar a casa. Quizá mañana Araotz nos deje algo más. Nos guardaremos bajo sus desplomes. Nuestros pies nos llevan a Goikua. Revisitado sector que nos deja un magnífico panorama sobre el valle y su nueva vestimenta. Escalamos a ritmo cubano, pues P, por motivos obvios, sólo ejerce de chico gri gri. Y yo no tengo prisa, prefiero degustar los minutos y las vías según van llegando. Encadeno Mutilzaharrak poniéndole las cintas. No me siento fluir, pero si que mis biceps tienen más fuerza que hace dos semanas. El día discurre lento. Han cambiado la hora ((con ese engaño del ahorro enegético)) y el tiempo corre despacio. Muy despacio y eso nos permite hacer siestas, jugar, sacar fotos, ronear...
Se desata una gran tromba de agua que nos hace pensar en el regreso. Pero K sigue jugando como si la cosa no fuera con él. No hay nadie en el valle, solo nosotros, unos franceses que casualidades de la vida están también en Goikua y dos cordadas en Korea. Se respira paz.
Intento a vista Simbad. Corta y explosiva, dos metros que luego se diluyen en 15 más de canto glorioso para disfrutar el encandene. No puede ser, pero me quedo con ella. La próxima, a pesar de ser mi antivía, con los consejos del maestro, seguro la doblego.
Escalamos otro poco más y cuando la lluvia nos da una tregua huímos, para alcanzar secos el coche.
Acabamos en el panel. Una hora más de bloque me dejan ya exhausta. Entrenar con las generaciones del petit suis, que ha convertido a los jóvenes en verdaderos albatros, me hace darlo todo.