El tiempo sigue dándonos conversación y tema para el debate: hace frío, así sólo vamos a sufrir, no siento los dedos, si nos pagaran seguro que no veníamos, los sabañones no me dejan vivir... La previsión se repite una y otra vez...temperaturas bajas, avisos de nieve, rachas de viento por encima de los 100 km/hora, olas de más de 10 metros que se ensañan con la costa y engullen todo lo que encuentran a su paso. La alerta roja es ya una constante en nuestra vida. Así que, este fin de semana, con todas las sirenas pitando a nuestro alrededor decidimos escalar a cubierto. Y qué mejor que hacerlo en Aretxabaleta, hoy por hoy uno de los municipios con mejores instalaciones deportivas que conocemos. Nosotros nos quedamos con el "roco", pero no le desmerecen las piscinas, las salas polivalentes o el magnífico gimnasio. Todo ello aderezado de un magnífico ambiente, por que si de algo se puede vanagloriar este polideportivo es de tener grandes nombres y deportistas en su haber. Siempre además en familia, lo que es más loable aún.
El sábado aprovechamos la tarde. Calentamos músculos y en ocasiones los tensionamos como las cuerdas de una guitarra.... Hacemos series en esas "traves" marcadas que, desde luego, nos ponen en nuestro sitio y que nos dejan deslomados. Probamos unos cuantos bloques y nos quedamos con la impresión de que las nuevas generaciones serán capaces de firmar aquellos que deseen, porque están más fuertes que el vinagre.
Por cierto que sin comerlo ni beberlo descubrimos nuevos aficionados a este mundo vertical, lo que nos llena de orgullo y alegría.
El domingo repetimos. No es para menos... el día amanece mejor en lo climatológico pero parece que nuestro músculos se han puesto en modo hibernación y nos queda otro que el panel, en familia y con gran camaradería....
con la cabeza en on pero el cuerpo en off.
Aquí hay tiempo para todo incluso para los posados. Todo sea por dejar testimonio de nuestro paso por Ibarra.
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