domingo, 16 de mayo de 2010

Lo mejor de mi vida


Dejarme ser un poco noña. Dejarme que os dé un poquillo la brasa y que incurra en todos los topicazos del mundo mundial. Hace catorce meses y medio, la noche del martes de carnaval, madrugada del miércoles, con luna nueva y puntual a su cita (((tan sólo el 1% de los niños llegan cuando les toca)) llegó Koldo a animar nuestra vida.
Aquella noche es el antes y el después. Es el punto de inflexión en una existencia que en un segundo descubrió lo que es el amor, desinteresado, llano e inocente: el amor a los hijos
Aquella noche viví la experiencia más grande y maravillosa de mi vida. Si el embarazo fue terriblemente emocionante para mí, lleno de felicidad, con desbordamiento de oxitocina... el parto ha sido lo más hermoso que he vivido nunca y mi niño es ........ pues perfecto. Lo podéis comprobar vosotros mismos. En la foto sólo tenía seis horas de vida.
Su nacimiento fue rapidísimo, teniendo en cuenta que nos lo curramos en casa, mientras veiamos "Mujeres desesperadas". La que más yo, que gritaba cada vez que me daba una contracción. Llegué a la conclusión de que "!A lo mejor no estoy pariendo, pero yo así no puedo pasarme tres días!".
Nos cogimos el coche y a toda pastilla hasta el Hospital. Entramos como Paco Martínez Soria... haciendo rally por los pasillos con la silla de ruedas y yo haciendo lo que dicen las matronas que se ha de hacer en esos momentos; intentado respirar entre contracción y contracción, tiempo que sólo duraba 20 segundos. Las enfermeras se creían que estaba exagerando, pero la cosa es que llegué dilatada de 8 cm, con la cabeza fuera en pleno expulsivo. Llegamos a las 2.15 y a las 4.15 Koldo ya estaba a la teta.
Nada más verle sufrí el flechazo más intenso de toda mi vida.Con 50 cm y 2.880 ya apuntaba maneras de escalador. Largo y flaco... que los pequeños, se diga lo que se diga, en el mundo de lo vertical estamos en clara desventaja.
Su llegada nos ha supuesto muchos y grandes cambios. Cambiar la cali por una autocaravana, cambiar las mochilas, armarnos de paciencia, ser más lentos que un caracol, acoplarnos los unos a los otros.... Pero nos hemos adaptado a la perfección. Y es cierto que, ahora, sí he descubierto el sentido de la vida y por qué estamos aqui.
Nada más nacer me preguntó Pablo "¿Qué te parece tu niño?. ¿Es mejor que encadenar un 8a?". Le miré horrorizada y le contesté "Renegaría de todos los 8as del mundo por él. Esto es mejor que un 9a"
Aún hoy, catorce meses y medio después pienso que es un milagro que esté con nosotros. A veces casi tengo miedo de que sea un sueño y que no sea verdad que esté con nosotros.
Bueno, pues eso, esta entrada es todo un tópico no??. Pero ya se sabe, por algo los tópicos son eso tópicos. NO??

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