Esta pasada Semana Santa estando en Cuenca, despertamos un día con el diluvio universal. Decidimos poner pies en polvorosa y acercarnos a Albarracin, en una huída desesperada de la lluvia.Era nuestra primera incursión en este mundo y elegimos la meca del bloque. El bosque mágico, donde los colores se suman a los olores. Lugar fantástico, sólo le faltan las hadas y los elfos. Ideal con niños. Con una base buenísima y bloques de todas las dificultades, para todos sin excepción. 






No escalamos mucho, ni siquiera sabemos el sector y los bloques que hicimos. Pero estuvo divertido. No se podía hacer más a tan sólo tres grados y con K con sólo 13 meses. Al día siguiente nos volvimos a Cuenca donde ya había escampado y de nuevo se podía escalar y disfrutar de las placas al sol.
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