martes, 29 de junio de 2010

La mochila asesina

Ya os he contado algunos de los cambios que ha supuesto la llegada a la vida del tercero de esta cordada. Bueno pues lo que voy a narrar hoy va de un cambio que casi nos supone su pérdida...
Con el nacimiento de K nos llovieron muchos regalos. Uno de ellos de mi hermana y su chico que conociéndonos como nos conoce sabían que lo de abandonar la montaña por el bebe era algo que no se pasaba ni de lejos por nuestra cabeza. Así que nos compraron una mochila portabebes, concretamente una Ferrino caribou. Que no era plan de llevar al txindor en un capazo como me llevaron mis padres, cuando no contaba ni con tres meses de vida, hasta las campas del Udala. Que los tiempos evolucionan, afortunadamente en muchos casos para mejor.
Estábamos locos de contentos con nuestra mochila. Aún habríamos de esperar unos meses para estrenarla, porque sólo se puede utilizar a partir del momento en el que el bebe puede sujetar la cabeza por si sólo. Hasta entonces nos apañaríamos con una mochilita de pecho.

La cuestión es que llegó el momento de estrenar el flamante regalo. Que rechulos nos imaginábamos íbamos a estar con nuestra Ferrino Caribou, color rojo ferrari. Sin embargo, la mochila no ha sido todo lo satisfactoria que pensábamos. Todo lo contrario tuvimos un percance que le podía haber costado la vida al pequeño K.
Los hechos ocurrieron bajando del Racó de Misa, en la Sierra del Montsant. Concretamente donde está sacada la foto. Esta la hicimos por la mañana en el trayecto de subida.

La bajada se nos hizo terrorífica. Os cuento.
Nosotros caminábamos tranquilamente. Yo sin mochila, pues habíamos dejado el material en la base de la pared ((demasiada caminata para realizar el porteo todos los días)). Así pues Pablo transportaba al nene, con la bolsa porta-objetos vacía. A mitad del camino, justo cuando a nuestra derecha se abre un precipicio, Pablo nota un golpe seco en la mochila y al segundo K se pone a llorar desconsoladamente, sin motivo aparente alguno. Cada vez más fuerte, con una angustia que te encogía el alma. Me dice Pablo: Mira a ver qué le pasa a este niño, que esto no es normal. Le miro y compruebo que además de no dejar de llorar se está poniendo demasiado rojo, tirando a morado. Compruebo que se está ahogando, que se ha escurrido hacia abajo y que tan sólo le está sujetando el arnes de pecho, que lo tiene en el cuello. Le sacamos de inmediato de la mochila ((en ese estrecho camino de la foto)) sin poder casi movernos y con los nervios a flor de piel. Mientras yo consuelo a K, nos damos cuenta que la mochila se ha roto, que el dispositivo del que cuelga el bebe es un enganche que se ha partido bajo el peso de un bebe de 8 kilos y 11 meses ((la mochila es válida hasta los 20 kilos/3 años)). Afortunadamente encontré la pieza, para demostrar que nada de esto es invención. No damos crédito, la pieza de la que pende toda la sujección del bebe es de apenas dos milímetros, de un material de bajísima calidad. Han querido ahorrar peso en el único lugar en el que no deben, convirtiendo el punto de seguridad en el punto flaco de la mochila.
Respiramos hondo, hacemos una ñapa de emergencia con un mallón rapide y regresamos a la furgoneta con el corazón encogido. Si el niño hubiera ido dormido, se podría haber ahogado y consiguientemente muerto o quizá se hubiera escurrido por el hueco de la bolsa porta-objetos y caido más de 200 metros ((ya sabéis que en esa aproximación hay hasta un pequeño paso con peldaños de hierro que hay que trespisquear. Si se escurre allá. Adios muy buenas K)).
Al regreso del viaje, puse la correspondiente denuncia en la oficina del consumidor. No podía permitir que algo similar volviera a ocurrir y que el desenlace fuera trágico. No podía ni pensar que unos padres perdieran a su bebe por este mismo problema. Por supuesto notificamos lo ocurrido a la tienda MendiKirolak y a los distribuidores Vertical Sport. Todos han sido terriblemente eficaces. Desde el área de consumo del Gobierno vasco se tomaron muy en serio lo sucedido. Se llevaron la mochila a Madrid para hacerle pruebas. Desde Mendi Kirolak Arantxa y Petri se portaron maravillosamente y desde Vertical Sports, Toni Nubiola demostró ser un gran profesional.
Los análisis dieron como resultado que la mochila tuvo un fallo de fabricación, pero que éste no puede ser extrapolable a otras mochilas. Así que cerraron el caso. Sin embargo, Nubiola trasladó a la casa Ferrino la necesidad de mejorar ese punto del harmazón y convertirlo en seguro ((es como si se partiera la hebilla del arnés en el quinto largo de la Rabada Navarro del Picu. Eso JAMAS puede ocurrir)). Así Nubiola ha decidido no distribuir en España más modelos de esta mochila hasta que Ferrino no la mejore. Gracias Toni.
En cuanto a nosotros ahora tenemos otra mochila de otra marca, con la que estamos contentos y que no nos ha dado un problema. Ahora bien, no veais que repaso de SEGURIDAD le hemos dado. Que no queremos "tropezar" dos veces en la misma piedra.

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