jueves, 9 de diciembre de 2010

!!Cómo me gusta escalar!!.

Hoy parece lunes, pero es jueves. En breve llega de nuevo el fin de semana. No sé si voy a conseguir recuperarme. Hoy me duele todo. Me pitan los triceps, me chirrían los dorsales, tengo constancia de la existencia de los abdominales, me pesan las piernas... Son los terribles efectos secundarios de escalar en la Pared del Eco, en Ramales. Un lugar que no consiente nada, que baja los humos del más pintado y que no permite a nadie jactarse de su "estado forma" porque pone a cada cuál en su sitio.
Después de mucho cavilar, allí hemos recalado este largo puente. No las teníamos todas con nosotros. De hecho el domingo y la transición al lunes la hicimos bajo una insistente lluvia que no nos dejó indiferente.
!!!Por Dios, que nosotros sólo queremos escalar!!!!. ¿¿¿Tan difícil es concedernos una tregua de buen tiempo????. Parece que alguien escuchó nuestras súplicas. El lunes nos brindó un viento del sur, que secó paredes y dejó un ambiente sano y agradable. Te quedabas pegado a la pared, algo que los habituales del lugar saben imprescindible para lograr objetivos.
Nos recibe Manuel, guardián del lugar, cuya juventud interior nos da la vida y que conoce desde el principio de los tiempos a K. Para quien se ha convertido en un Ángel de La Guarda.
Casi estamos todos. La familia cántabra al completo. Y si no es el sábado, su presencia se dejará notar el resto de días.
Se aprieta desde primera hora de la mañana, hasta que cae el sol. Con movimientos, cadencias y secuencias diferentes.
Algunos vamos saliendo de nuestras lesiones y vamos redescubriendo el gusto por la pared. Eso sí pagando como peaje el dolor de todos los músculos de nuestro cuerpo. Pero que hace asomar una leve sonrisa a nuestros labios. A lo mejor no está todo perdido. A lo mejor remontaremos y renaceremos como el ave fénix. Eso sí, nunca olvidaremos lo aprendido en el camino, porque formará parte de nosotros.
Somos animales de costumbres y nos gusta escalar. Nos gustan esas sensaciones que nos invaden cuando nos saltamos las chapas, porque no las vemos y vamos temblando porque contemplamos la posibilidad objetiva y más que real de "un sartenazo de espanto". Jugar con esa posibilidad, como quien juega con fuego, nos obliga a respirar profundamente, a autoconvencernos de que somos capaces de eso y de mucho más. Cuando bajamos vemos el seguro "olvidado" y por un momento pensamos "jolin y eso lo he hecho yo. Si soy una miedica". Nos gusta cuando damos cumplida cuenta del paso duro y sabemos que aunque lo que nos queda es un festival de cantos hasta la cadena, cualquier "costra nostra" se puede romper y dar al traste con el encadene. Preciosa vía que dicen se está poniendo de moda, pero que pide a gritos un reequipamiento. Si hace falta ponemos bote.

Nos gusta compartir los buenos encadenes, en esa plancha naranja, parca en agarres y de pies surrealistas. Vibramos con esas primeras ascensiones, liberaciones de vías, por parte de los amigos que, en silencio y sin darse importancia, se dan auténticos paseos por donde nadie pensó seria posible pasar y agradecen los ánimos brindando encadenes a gogo. Nos encantan esos escaladores humildes, para los que el grado no es importante, para los que lo realmente valioso es lo que nos une: la pasión por escalar. Esos que comparten conversación y café quintela. Por cierto, si tuviera que elegir un nombre para la nueva vía, me quedo con XM3. Pero como siempre, de eso os encargais los equipadores. Ha sido un placer disfrutar con ellos de cada uno de esos momentos, es un placer vivir con ellos esta vida nómada y pirata. En la que hay tiempo para hablar de lo divino y lo humano, de lo de aquí y de lo de allá. Incluso de recuperar los minutos perdidos. Qué lejos estás niña, pero cuánto nos acordamos de tí y de la luz que nos traes cada vez que nos visitas.Cuatro días de risas cómplices, de minutos llenos de sinceridad... con tiempo para todo, aunque el día sea tan corto, tiempo para los juegos verticales y horizontales, para volver a soñar que lo nuestro, aunque monotemático sigue siendo E S C A L A R.Y vosotros ¿¿¿qué tal???. ¿¿Cómo fue el puente???.

3 comentarios:

  1. El puente fue bueno, pero bueno de verdad y es que a veces en “casa” es donde mejor se esta.

    Si no hay problema la vía la llamaremos XM3, ahí queda para quien la quiera ya disfrutar.

    Gracias a los tres por los ánimos, por la compañía, por el café… así da gusto escalar.

    ¡A cuidarse y a escalar mucho! ¡Nos veremos por las rocas!

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  2. Me gusta el nombre, el triple de dura que su hermana pequeña. Seguro que nos vemos allende las rocas... y será un placer volver a coincidir. Ahhh y a seguir igual de fuerte, a ver si se me pega algo, que ya lo dice el dicho Todo se pega menos la hermosura, a ver si heredo algo.
    Abrazos

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