Pero no tiene por qué ser así. Las fotos están tomadas en un lugar cercano, entorno que auna playa y escalada de dificultad. Se trata de la localidad costera de Oriñon, Cantabria. En el extremo izquierdo del arenal principal, siempre y cuando la marea esté baja, se puede disfrutar de media docenita de vías entre el 7b y el 8b. Cortas, intensas, a veces incluso rabiosas pero siempre muy sugerentes. Atención porque los seguros no son todo lo buenos que deberían. La influencia de la mar se ha hecho notar. Un par de ellas están reequipadas. A las demás buena falta le hacen esos químicos incorruptibles.
Después de escalar nos podemos refrescar en las aguas del Cantábrico.
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