Esta semana he vuelto a recordar la suerte que tengo de haber nacido, donde lo he hecho. Dos mil kilómetros más al Sur o al Este me hubieran deparado una vida bien diferente. Es cierto, que no descubro América con este pensamiento, pero de vez en cuando es bueno que alguien te lo recuerde, para así, entender dóndes estamos y dejar de quejarnos y olvidarnos de tanta tontería.La cuestión es que esta semana, la Fundación Félix Iñurrategi-Baltistán se ha pasado por Mungia para dar a conocer sus últimos proyectos y cómo trabaja esta ONG, destinada a devolver muy poco de lo que recibimos los montañeros vascos que vamos al Karakorum.
Su objetivo pasa por incentivar el desarrollo integral del valle de Hushé, promoviendo los valores humanos y respetando sus decisiones, bajo el lema “Los ochomiles son más que piedras y nieve”. La situación allí es realmente dura. Las temperaturas pueden rondar los -30 grados en invierno. Me río yo del temporal siberiano que hemos sufrido estos días atrás. La esperanza de vida no supera los 56 años, la mortandad infantil de las más elevadas del planeta, las defunciones entre las parturientas incontables. Unos datos terribles, escalofriantes... Nos lo contaron Txema Cámara, coordinador y Saioa Martín, responsable de género.Si quieres conocerles no tienes más que visitar la exposición que tienen en Torrebillela, Mungia, hasta el próximo 13 de febrero, con el título “La montaña, vínculo solidaridad”.
En ella podrás ver fotos de gran formato, en las que aparecen las gentes y los entornos de este mágico valle, situado cerca de los 3.000 metros de altitud, en las faldas de la cordillera del Karakorum. Son imágenes que intentan reflejar la situación extrema en la que viven, pero en la que los habitantes de Hushé nunca pierden la sonrisa.También puedes conocerles a través de su completísima web http://www.felix-baltistan.org. Desde aquí mi apoyo más sincero a su trabajo.
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