martes, 28 de julio de 2015

Rumbo norte

En ocasiones, tan sólo en ocasiones, es difícil expresar con palabras esos sentimientos que nacen tras lograr el sueño perseguido. Alegría por el triunfo y expectación por la ventana que se abre en este punto y seguido que es la escalada y en lo que, a nosotros se refiere, fanáticos 100 por 1000, chapar la cadena de una nueva y futura vía o lo que es lo mismo, perseguir otro norte y buscar otro rumbo, después de haber estado sin él, en los últimos tiempos.
Ya ha llovido desde que me subí por primera vez a la vía de la imagen. Pero no ha podido ser, hasta este domingo, cuando, en pocos pegues, la evolución sobre ella me ha llevado a doblegarla y, sorpresivamente, encadenarla.
Más allá de las disquisiciones sobre el grado, algo que realmente me da igual, he de decir que he aprendido muchas cosas y he comprendido muchas más. Después de 20 años escalando, aún se puede aprender. !!Afortunadamente!!.
Quizá eso sea lo que más me guste de esta verticalidad nuestra, esa lucha contra uno mismo, esa superación personal, ese trabajo constante por mejorar en lo deportivo y en lo personal. Siempre se puede aprender y esa es la gran aventura de la vida. Gracias P por compartirla conmigo.
Ahora que he puesto rumbo a este barco, buscaré otros exilios en los que alojarme.

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