martes, 14 de septiembre de 2010

Eulate: Una siestita a 32 grados a la sombra

Calor es una cosa, pero lo que sufrimos en Eulate hace un par de domingos es otra. No por menos anunciado y requeteanunciado, aclimatamos bien a los 32 grados a la sombra. Pero es que somos unos descreidos y la verdad siempre pensamos que el hombre del tiempo se equivoca. Así que, nosotros infatigables al desaliento, decidímos que había que escalar. Además, casi que no sabemos hacer otra cosa... Unos ya por perros viejos, otros porque disfrutan con sus primeros pinitos en esto de lo vertical.
Así pues y pese a todos los pronósticos encaminamos nuestros pasos a Eulate. Teníamos muchas ganas de revisitar esta escuela, que desde la primera vez que estuvimos ha vivido un crecimiento importante. Coexisten varios sectores Aranaratxe camino, Aranaratxe Langa y Bosque, que poco a poco van sumando líneas.
Y es que mucho ha llovido desde que Juan descubriera la primera mole rocosa, tras un afanoso trayecto desde el pueblo y desde que gestara la elegante Tximista eta trumoia... Han pasado decenas de borrascas y anticiclones, tantas que hasta nosotros han llegado Leire y Noa, para alegrarnos la base.
Muchas han sido las manos que han colaborado y poco a poco han ido enriqueciendo esta bello rincón. Desde Legazpi, pasando por Alsasua y últimente los escaladores del propio Eulate, que han creado un pequeño sector de media docena de vías, que no superan el 6a y qué está genial para una primera toma de contacto.
Sea como fuere, nosotros con el sol castigando desde lo alto decidimos acercarnos al bosque. Nos reencontramos con un montón de amigos, viejos y nuevos, pero sobre todo nos reencontramos con la escalada a vista, que ya era hora. Otros se encontraron con camiones abandonados y desde luego se lo pasaron pipa.No estaba fácil lo de escalar con calor y con Lorenzo dándonos con todo el mazo en la cabeza, pero escalar escalamos, otros se dedicaron a investigar todos y cada uno de los rincones y no dejando títere con cabeza. Descubriendo un mundo de miles de matices.
Catamos y recatamos muy buenas vías. Destacamos Piedra verde, Ikusi eta Ikasi, Trikimailu, Glamour o la propia Tximista ta trumoia.
Nos quedaron muchas por probar y también por encadenar, cómo no. Pero el domingo ya con esos 32 grados a la sombra y el cansancio acumulado nos decantamos por una buena siesta, que tampoco estuvo mal.

Para los que tengan niños, Aranaratxe Langa no es del todo apto, pero Aranaratxe camino y el sector del fondo, amen de los nuevos sectores del bosque, están genial para los peques, con sombrita en la base ((no así en la pared, ojo)). El lugar además bien merece un viaje por el entorno en el que se encuentra, por que cerca nos queda Larraona y por que está a un lado de Urbasa, sierra que bien se merece unas cuantas visitas, tanto a pie como en bici. Pero por favor no nos comportemos como los domingueros, llevémonos nuestra basura. Que si es tan bonito es por su naturaleza salvaje. !!!!Que así continúe por mucho tiempo!!!!!.

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