lunes, 20 de septiembre de 2010

Más fuertes que el vinagre

No, ya no habrá excusa. Ya tenemos panelito en el pueblo, pequeño, pero cuco.
El sábado, mientras yo estaba en la universidad haciendo un examen, se inauguraba nuestro tan ansiado boulder. Mucha gente, muchos niños.... la novedad.
Hoy he ido a entrenar a las 9.00 a.m. No había un alma. Con el silencio como compañero he estado hasta las 11.30. Ya no podía más. Las ganas de tocar todas y cada una de las presas me superaban. Las ganas de diseñar pasos y travesías me podían. Con K en la Ikastola y como una niña con zapatos nuevos no he parado. Apenas si descansaba un minuto entre trave y trave. Me he metido un tute para el cuerpo que, al final, no me quedaba ni de los cantos más grandes.
Con el esparadrapo hecho trizas he cerrado la puerta, con un sonrisa dibujada en mi cara. Ahora empiezo a entrenar de verdad. Como antaño cuando estaba realmente fuerte: mis cuatro horas cuatro días a la semana, con dos jornadas de escalada en roca.
Que se preparen las vías, porque la próxima primavera van a caer todas ((((bueno al menos lo vamos a intentar))).

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