La cuestión
es que la encontraron el otro día cuando regresaban a casa. La vieron allí "tirada y olvidada" en el camino a Mugarri. Extrañados por su existencia, la recogieron, sin saber muy bien qué contenía y qué
hacer con ella…..entregarla en los municipales, dejarla en la sociedad de Araotz, depositarla en el bar de Urtiagain… Finalmente, leyeron uno de los
múltiples carteles que habíamos puesto por el pueblo, precisamente el que
estaba en la sociedad de Araotz, que sólo abre los domingos.
Allí se arrimaron desde el caserío Agerre a tomar un tentenpie mañanero dominical. Lo leyeron y acto
seguido nos llamaron. Desgraciadamente, y aunque nosotros estábamos allí al lado,
la falta de cobertura nos impidió responder al teléfono.
Ya
anochecido lo volvió a intentar y esta vez sí que descolgamos el teléfono, para
alegría de todos.
Sabéis
que, en la mochila iba todo el material con el que habíamos equipado la última de las vías de Mugarri y que estabamos en duda sobre si de nombre sería Ongilea, (El bienechor) o Lapurrik ez (Ladrones no), dependiendo de
hacia donde se decantara el suceso. Pero el nombre de la encontradora nos viene
al pelo. Cuándo le pregunté "¿Cómo te llamas?", la respuesta lo dejó claro "Mirari" (Milagros). "Pues así bautizaremos a la última de nuestras pequeñas", le contesté de inmediato. Por que aún existen los
milagros y porque a pesar de que muchas veces lo hacemos tan mal, gestos
como éste nos hacen volver a tener esperanza en el género humano. Eskerrik asko
Mirari, ongilea!!!!
Así pues, a
mí se me ha adelantado Olentzero, espero que a vosotros os traiga lo que le
hayais pedido. Entretanto disfrutando del camino, que ya hemos empezado con la
ilusión puesta precisamente en la recién creada vía. Esta si que es
inhumana, pero de buena. Ya sueño con ir avanzando sobre ella.
Entre tanto
Eguberri On guztioi!!!!, ¡Feliz Navidad!!!, Bon Nadal!!!, Merry Christmas!!!!, Heureux Noël!!!.
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