lunes, 14 de junio de 2010

Etxauri nunca defrauda

Esto del cambio climático es una broma de mal gusto. Que a 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, los sectores de verano sigan mojados y que la acción propia de escalar sea un mero espejismo es difícil de asimilar. Sí, es cierto, ya sé que no siempre llueve a gusto de todos, pero es que llevamos un añito... En lo que al tiempo se refiere indescriptible e incalificable. Esta es la estampa que he captado en repetidas ocasiones desde la ventana de casa.


En los últimos meses, más de una vez hemos hecho acopio de toda nuestra motivación y nos hemos acercado hasta escuelas cercanas, para darnos cuenta de que el sólo hecho de arrimarnos a la pared era una "valentía" que nos podía dar como premio una buena pulmonía. Kilómetros y kilómetros para nada... para acabar en el panel. Precisamente allí es donde estuvimos el sábado, dando vueltas y más vueltas, añadiendo volumen al antebrazo. Con más aburrimiento que otra cosa, con más abnegación que nadie... con la intención de acudir por la tarde a la Copa de España, que se celebraba en Bilbao, pero que se supendió. ¿A que no sabéis por qué?. Bingo, por la lluvia.

Con este panorama tan "apetecible". El domingo y sacando fuerzas de flaqueza decidimos hacer un tiento y arrimarnos a Etxauri. La cosa pintaba mal. En Gasteiz, el diluvio universal, en la Sakana, arreciando el temporal... Pero voilà, llegamos a Iruñea y el tiempo despeja, parece que clarea. Etxauri parece seco. Los aparcamientos a rebosar... y es que estamos hasta el gorro de tanta agua.

A que de verdad parece primavera. Pues juro que la foto es de ayer.
Una vez en el sitio la cosa es dónde ir, dónde buscar nuevos alicientes. La solución nos la ofrecen Peio, Olga y Alvaro. Nos acercamos a Arrano Beltza. Calentamos en Nueva Dimensión Pellejo Retractil. Buenísima ruta a no perderse. Conti sobre buena presa, que de nuevo nos descubre por qué nos gusta escalar.
Como el día acompaña escalamos en tirantes, mientras K duerme la gran siesta custodiado por Eskel y Olga.


Las ansias nos pueden. Pablo se va para la Bais Bais yo me quedo en la Selek. Rutón donde los haya. Ambas nos quedan pedientes. El reto de Pablo, 20 metros. El mío 50 . Y digo yo ¿¿¿¿¿Qué se me habrá perdido a mí allá arriba???.



Regresamos de nuevo a Mordor, pero pensamos el fin de semana que viene repetimos. Como las natillas.

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