
Nosotros podríamos recibir ese apelativo en Araotz. En ese entorno siempre me he sentido en casa.
Conozco Araotz mucho antes de dedicarme al mundo de lo vertical. Mi familia procede de ese barrio de desterrados. De hecho, existe un pequeño grupo de caseríos que se conoce como Madina. Hasta ellos encaminé mis pasos cuando aún era una adolescente, guiada por mi abuelo empeñado en descubrir los orígenes de una familia venida a menos, fruto de la afición a las cartas de un díscolo antepasado.
Después regresaría a las paredes de Araotz ya en busca de sensaciones verticales, en busca de mi alterego, en busca de la paz interior que me aportan sus trazados. Rutas que en un principio me parecían indescifrables y que poco a poco han ido cayendo a fuerza de tesón.
También en ese valle hemos ido dejando nuestra impronta en forma de líneas interminables, líneas perfectas, líneas mágicas, sueños paralelos donde las regletas, los agujeros, las chorreras están donde deben. Donde no sobra ni falta nada.
Así nacieron Apo Ausarta, Sikadur 31, Lolitas, Ura Izan, Buenas Sensaciones, Piensa en verde, Udaondo Jauna, Happy Forties, Lore, Koldoren Munduak... Cada una respondiendo a un momento de mi vida, por que mi vida es lo vertical y porque Araotz y sobre todo Korea es mi casa. Ese es mi mundo.
Y toda esta divagación para contaros que Korea está enclavado en la Peña Madina, es decir, mi peña, es decir, que por algo sentía yo que estaba en casa.
PD: Para los que no conozcan Araotz, el sector Korea, en Peña Madina, es lo que se ve al fondo, en la foto. Largo, duro y salvaje.