lunes, 2 de agosto de 2010

El futuro


Lo que hace unos años nos parecía un hecho extraordinario, ahora se está convirtiendo en la estampa habitual. Cada vez hay más niños a pie de vía. Eso implica otras logísticas e incluso otras conversaciones. Cuándo se ha visto que se hable entre escalador y escaladora de dar el pecho, depresiones post parto, dientes, muelas, alergias... palabras como monodedos, bidedos, chorreras, canto, invertido o regleta ya no son las únicas que pueblan nuestras conversaciones.
Ellos enriquecen nuestras vidas y a través de ellos tenemos esas otras vidas en las redescubrimos el mundo.
Gracias a ellos somos mejores personas y gracias a ellos se nos olvidan las frustraciones como por ejemplo no encadenar o llegar mil y una vez al paso "más petao" que la moto de un hippy.
Este fin de semana nos juntamos unos cuantos al abrigo de Doluhaitz.
Seina, que con diez años, después de hacer su primer IV poniendose las cintas se ha marcado como reto hacer 6a de primera y si es posible poniendo cintas.
Eneko, que el próximo 6 de agosto cumplira dos años y 7 meses, observador donde los haya.
Lur, todo cariño con los demás.
Eñaut, la responsabilidad personificada, pero no por ello deja de ser un niño, disfrutando como nadie de los balancines que cuelgan de las reuniones.
Y nuestro K, el más pequeño de todos, del que no digo nada porque ya le conocéis y no soy nada objetiva.

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