viernes, 12 de octubre de 2012

El ángel de la guarda

Hace ya una semana que te has ido. La noticia de tu marcha nos pillo fuera y sin margen de maniobra. Como todos, nos quedamos blancos, sin palabras, helados por la noticia. Ahora ya en casa y con acceso a internet, leo las webs y los blogs de quienes te conocieron y te recuerdan con sus palabras, siempre bellas palabras. Leo cómo se te quería y el vacío que ya se nota has dejado en sus vidas. Hasta quién no te conocía te dedica hermosos pensamientos.
A veces cuando alguien se "marcha" se le dedican las mejores flores, en tu caso todas y cada una de ellas son merecidas. Nunca olvidaré cuando te conocí, un chinorri de mi altura, o cuando volviste a escalar tras tu parón, cuando te enteraste de que venía K la alegría con la que me diste la enhorabuena, los wasaps con P animándote a que probaras sus proyectos y siempre, siempre, siempre, con esa sonrisa tuya que parecía no tener fin.
No me queda mucho por decir, tan sólo que cada vez que escalemos, estoy segura, que estarás de una u otra manera con nosotros, mientras nos hacemos el ocho, mientras intentamos hacemos ese paso que tanto nos cuesta, serás nuestro Ángel de la Guarda
La vida es tan injusta.

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