martes, 1 de noviembre de 2011

Algo más que una promesa

Quince días por delante. Quince días que dedicar al disfrute. Quince días que, en nuestro caso, como siempre pensamos en clave de E S C A L A R. Norte, Sur, Este, Oeste... La dirección la impone el tiempo y nos pone en ruta hacia Catalunya. Tierra de tesoros. Nos dejamos caer en Margalef, vieja conocida, pero poco explorada. Así que nos las prometíamos felices... En nuestra mente un sólo objetivo: escalar a vista muchas vías, cuantas más mejor. La sóla idea de tener tantas rutas al alcance de la mano apenas si me dejan dormir los días previos. Cuánta motivación, por Dios.
Los dos primeros días, no dejamos títere con cabeza. Escalamos compulsivamente, una vía tras otra, adaptándonos al medio, a entender la lectura del lugar, a encajar los engranajes de la rueca. Can Pesafigues, Can Verdures, Can Torxa, Ca la Marta, Culample 4... cuánta roca, cuántas vías. K se hace mayor, ya se acerca caminando a los sectores, !!!cómo lo agradece mi espalda!!!. Como siempre las escaladas se combinan con el buen ejercicio de la maternidad. Igual que las siestas, que nos permiten escalar lo indecible. Mis dedos no se resienten ante tanto agujero y disfruto como nunca. Esto es diversión, con un rayito de sol en la espalda, a la sombra, bajo el desplome, en la placa... Nada como escalar nuevas vías, lineas labradas por el tiempo, puestas a nuestra disposición. Todo un lujo en nuestras manos que no podemos denostar.
Pero nuestro gozó en un pozo el tercer día se puso a diluviar. "Bueno no importa", pensamos, "hoy toca descanso." Así que los dedicamos al turismo y a sacar fotos. Prades, La Alberca, Uldemolins. Pueblos que se merecen una visita y un buen book de fotos. Pueblos de gentes enérgicas, pero sobre todo cercanas y amables.
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Mágico reencuentro con Pep y Helena en Cornudella. Que como siempre nos sorprenden con sus novedades. Qué pena teneros tan lejos. Pero llueve también al día siguente y al siguiente. Y quizá gracias a esa maldita humedad reaparece mi lesión de espalda. No hay más opción que el regreso con las orejas gachas. Pensando en todos los tesoros que nos hemos dejado por desentrañar, en los nuevos amigos: Divina y Matilde, en los encadenes por hacer... Aún así y como somos optimistas pensamos VOLVEREMOS. Y eso es algo más que una promesa.
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